Este matrimonio se llaman Juan y Maria.
Una de las imágenes que más me impactaron en mi llegada a Layos era la de este hombre y está mujer cogidos de la mano y con un cubo de plástico tras recoger los huevos de sus gallinas y de regreso a su casa.
Esta pareja de nonagenarios son los patriarcas CARRASCO, familia muy conocida en el pueblo y que tienen una nutrida descendencia hasta el grado de tatarabuelos y que por razones de vida ya no existe como tal pareja, dado que él nos abandonó hace poco tiempo y su mujer acusa una patología neurodegenerativa.
He tenido la oportunidad de conversar con el ”abuelo” CARRASCO en varias ocasiones cuando hacían una parada en el banco de la carretera para descansar, hecho que venía a confirmarme el cariño y la protección que ejercía con su mujer quien ya padecía síntomas de su padecimiento.
Envidiable se mire por donde se mire, no ya su longevidad nonagenaria sino el ejemplo de vivir tan estrechamente una relación de muchísimos años hasta sus días, con esa carga de cariño y buen trato entre pareja. Toda una vivencia a imitar.
Me comentaba Eduardo Palencia que no pudo resistir la tentación de charlar con ellos un día y se sentó en el banco junto a ellos: ella se sonreía y él le dijo:
ella se sonreía y él le dijo:
“ya no está aquí, ha perdido la cabeza, pero es muy buena”.
Me comentabas Eduardo hace tiempo que lo que más deseabas es seguir viéndolos mucho tiempo cogidos de la mano recogiendo diariamente los huevos de sus gallinas.
La vida sigue pero sin uno de ellos ,pero su imagen (te agradezco las fotos que me entregaste para mi periódico, ahora portal online) quedará imborrable en nuestra retina.