Riesgos y ventajas en la cibercondría
Difícil resistirse a la inmediatez y la cantidad de contenidos que ofrece internet para buscar información sobre un diagnóstico, sobre síntomas o incluso una enfermedad que creemos padecer o sobre una dieta milagrosa.
La red nos permite estar mejor informados y a la vez desinformados que nunca. Todo depende de nuestro espíritu crítico y ciertas habilidades en la búsqueda.
El Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información estima que seis de cada diez españoles utiliza internet para buscar información sobre salud, sobre todo relacionada con alimentación y vida saludable. Y más cuando enfermamos.
“Es fácil que sean ocho de cada diez pacientes los que buscan sobre sus síntomas en internet y yo diría que menores de 60 años prácticamente todos lo han hecho antes de llegar a la consulta”
señala Raúl Calvo, médico de atención primaria en dos pequeños pueblos de Toledo y secretario general del Colegio de Médicos de esta provincia.
“Muchas veces lo que suelen hacer es poner: dolor de garganta y a ver qué sale. Son búsquedas muy locas y muy poco sistematizadas y claro en internet cabe todo”
Cabe información veraz, pero también información falsa, sesgada, confusa, que responde a intereses económicos o a otros que nada tienen que ver con satisfacer la necesidad o el deseo de saber más sobre una patología o hábitos saludables.
Un tercio de las informaciones falsas que circulan por internet, en webs, aplicaciones de mensajería o a través de redes sociales, son informaciones relacionadas con salud y vida saludable, según la agencia Com Salud.
WhatsApp es la vía por la que se difunden más contenidos erróneos, seguida de Facebook y otras redes sociales. Y los temas de alimentación los más proclives a ser inexactos, según recoge el último informe Ehon de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES).
“Hemos comprobado que las noticias falsas circulan a mucha más velocidad que las veraces, porque nos resultan más novedosas, se presentan como una alerta y llaman mucho la atención. Y a través de redes sociales o WhatsApp es muy difícil frenarlas”
Explica Carlos Mateos, vicepresidente de AIES y periodista especializado en esta materia de Com Salud.
“Muchos bulos están muy bien construidos, se basan en elementos de verdad, por ejemplo en una sustancia que sí es cancerígena o que ayuda a prevenir un cáncer, pero claro no nos cuentan que ni esa sustancia por si sola provoca la enfermedad ni la vamos a consumir nunca en la dosis suficiente para enfermarnos. Utilizan una base científi ca pero exageran las cifras o se minimizan otras cosas”
Hay otros casos en los que se actúa con la mentalidad de un pirómano: gente que disfruta viendo hasta dónde llega con una información que se ha inventado directamente
Quién fabrica los bulos y con qué interés
“En la mayoría de los casos no es posible detectar quién los lanza y eso realmente es un problema, pero sí hemos comprobado que hay intereses detrás de algunos. Estas son algunas hipótesis: por ejemplo hablando de superalimentos, ¿por qué se ponen de moda algunos productos en vez de otros? Hay gente que los vende y tiene interés en favorecer su consumo. O cuando se señala a un producto de una cadena de supermercados como cancerígeno, se está beneficiando a la competencia, pero yo no sé si se ha lanzado desde ahí”
Comenta Carlos Mateos, aludiendo a nuestro espíritu crítico como receptores de este tipo de mensajes.
“Y luego hay otros muchos casos en los que se actúa con la mentalidad de un pirómano: hay gente que disfruta viendo hasta dónde llega con una información que se ha inventado directamente. Y hay otros que por afán de notoriedad o por querer ayudar, intentan ser los primeros en lanzar una información que les ha llegado por What-sApp o por las redes sociales y lo hacen sin contrastarla”.
Internet proporciona grandes posibilidades a la divulgación científi ca para transmitir información veraz sobre salud y para desmentir estos bulos.
La sociedad puede estar hoy más informada que nunca a través de internet, pero también tiene que querer estarlo

Consecuencias nocivas de las fake news
Las fake news, señala Mateos:
“están teniendo consecuencias nocivas para la salud. Estamos viendo cómo hay padres que están decidiendo no vacunar a sus hijos ante los bulos que señalan que las vacunas provocan autismo o tienen otros efectos secundarios, exponiéndolos a enfermedades letales y a toda la comunidad. O cómo estamos teniendo brotes de enfermedades que pensábamos olvidadas, como el sarampión. Esto está ocurriendo en todas las sociedades occidentales. Estos bulos también están afectando a pacientes crónicos o que sufren enfermedades graves, como el cáncer, porque están abandonando los tratamientos médicos”
Curanderos y psedociencia
La fiscalía general del Estado abrió hace unos meses una investigación contra varios curanderos, algunos muy conocidos, que desde sus páginas webs recomendaban y vendían un tipo de lejía (MMS o clorito de sodio) para curar enfermedades tan diversas como el cáncer, el sida, la diabetes, la artritis o la esclerosis múltiple.
Apoyaban la recomendación con enlaces a otras webs o referencias a conferencias, libros, videos que se avalaban entre sí.
Pero este producto, utilizado como blanqueante en la industria, puede provocar serios problemas intestinales; además del riesgo que entraña para los pacientes abandonar los tratamientos médicos por un compuesto considerado en España un medicamento ilegal.
Fue el Ministerio de Sanidad quien presentó la denuncia el pasado octubre, tras recibir 136.000 firmas del Comité para la Promoción y Apoyo de la Mujer Autista.
“Casos como estos están creando precedentes y están haciendo que la Justicia sea más diligente. También creo que la iniciativa reciente del Gobierno contra las pseudociencias ha puesto sobre la mesa este tema y cómo estas terapias pueden generar riesgos importantes para la salud de las personas”
Dice Javier Frontiñán, que investiga sobre enfermedades neurodegenerativas en la UCLM y es un comprometido divulgador científico.
Frontiñán también recuerda
“la parte positiva de internet, que es la posibilidad que ofrece de divulgación científi ca a través de plataformas, webs, redes y demás que facilitan información veraz sobre salud y sirven para desmentir, por otra parte, estos bulos y estas pseudociencias. La sociedad puede estar más informada que nunca, pero tam-bién tiene que estar interesada en ello”
Desde algunos sectores se achaca a una fría relación médico-paciente y a que estos a veces no reciban de los facultativos información clara y suficiente sobre su problema el que se acuda antes y tanto a internet para consultar sobre salud.
“Acepto la crítica y creo que es un déficit muy importante. Probablemente hemos llegado a esa situación por la masifi cación, por la medicalización de la sociedad y por los intereses que han llevado a esto, pero es verdad que nosotros como profesionales tendríamos que resistirnos a perder ese trato humano, esa cercanía que permita a nuestros pacientes consultarnos cualquier cosa con toda la libertad”
señala el secretario general de los médicos toledanos; Raúl Calvo.
El doctor Raúl Calvo opina que más que por
“la altísima capacidad de informarnos y desinformarnos que ofrece internet”
La cibercondría, la búsqueda a veces obsesiva sobre cuestiones de salud se debe más
“al problema social de la medicalización. Las cosas que hace unos años eran normales empiezan a considerarse una patología y esto no es solo culpa de los pacientes, también de los profesionales y de intereses muy importantes que surgen del deseo de generar nuevas enfermedades o intentar ocupar el cupo de una determinada.
No olvidemos que se venden medicamentos, tec-nología sanitaria…
Hay muchos intereses que están favoreciendo esa medicalización de la sociedad. Y el flujo tan importante de información la favorece. Tenemos que ir hacia una sociedad más sana a todos los niveles”
continúa diciendo el doctor Raúl Calvo.
Un tercio de la información falsa que circula por internet, redes, webs y mensajería, es sobre salud, la mayor parte sobre alimentación y hábitos saludables

Comunicación con los pacientes
…“Tenemos que intentar que las vías de comunicación con nuestros pacientes no sean solo la vía presencial de la consulta, puede haber otras a través de internet que facilitarían la cercanía y les quitarían angustia, como el WhatsApp, con toda la precaución con los datos que se están manejando porque es importantísimo cumplir la ley de protección. Podemos hacerlo, basta con ver los índices de cita electrónica que tenemos en Castilla-La Mancha con gente muy mayor que utiliza poco internet, y sin embargo se están pidiendo su cita en la app de su teléfono”
(en 2018 se incrementó un 65% la descarga de la aplicación móvil en esta comunidad), según indica el doctor Raúl Calvo.
Cómo buscar información fiable sobre salud en internet
1. Autodiagnósticos
El doctor Raúl Calvo aconseja no intentar autodiagnosticarse por internet, poniendo en el buscador (Google o cualquier otro) una serie de síntomas
“porque casi siempre el resultado será catastrófico y es muy fácil que caigas en el miedo. Es más sencillo, si quieres tener más información sobre lo que ya te han diagnosticado, preguntarle primero a tu médico para que te oriente sobre la búsqueda y si no buscar información directamente a través de páginas ofi ciales: del ministerio o las consejerías de Sanidad, que tienen webs para pacientes muy interesantes o en las de asociaciones de pacientes que suelen tener enlaces a páginas oficiales y fiables”.
2. Alertas
“Debemos desconfi ar de aquellas webs o supuestos mensajes que se presentan como una alerta, tanto para bien como para mal, que nos llegan a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería como WhatsApp”
Señala el divulgador y periodista especializado en salud, Carlos Mateos.
“Cuando hay una alerta sanitaria real siempre procede del Ministerio de Sanidad, de la Agencia del Medicamento o de otras fuentes ofi ciales”. Y recordemos que estas alertas “no son tan frecuentes ni se producen de un día para otro”.
3. Valoración
Los primeros resultados que aparecen en Google (o en otros buscadores) no contienen, en muchos casos, información veraz, ética o la más adecuada para nuestra búsqueda. El posicionamiento de una web entre los primeros puestos de la lista de resultados de búsqueda depende, sobre todo, del dinero invertido para conseguirlo, no de la fiabilidad de la página.
4. Actualización
“Es muy importante comprobar que estamos ante una web o un contenido que proceda de un estudio científi co publicado y realizado por un centro ofi cial, un grupo de investigación un organismo reconocido y no dejarnos llevar por el sensacionalismo de unos titulares”
Señala el investigador y divulgador científi co Javier Frontiñán. Hay que comprobar también que la información está actualizada (cuidado con contenidos desfasados en cuestiones de salud en las que hay avances constantes).
5. Autenticidad
Y como transmisores de mensajes no debemos compartir mensajes ni enlaces sin haber comprobado antes que la fuente es creíble y procede de una entidad oficial o suficientemente reconocida.
#SaludsinBulos y otras iniciativas para estar mejor informados
- Para detectar, desmentir, denunciar y combatir estas fake news sobre salud y bienestar ha surgido la plataforma #SaludsinBulos (el hashtag ha llegado a ser viral), impulsada por la Asociación de Investigadores en eSalud. “Nos ha sorprendido mucho el desarrollo que ha tenido porque en un año tenemos 40 sociedades científicas, asociaciones de pacientes, de periodistas participando con nosotros, hemos organizado un congreso nacional, un simposio sobre cáncer sin bulos, estamos haciendo formación a profesionales sanitarios y a pacientes… Esto es mucho más que una página web (saludsinbulos.com), que además también está funcionando bien”, señala el vicepresidente de AIES, Carlos Mateos.
- La buena respuesta a otra iniciativa que entre sus objetivos también se plantea despertar el espíritu crítico entre los ciudadanos ante este tipo de bulos, confirma la preocupación general por estos mensajes falsos. Es la que desarrolla la Asociación de Divulgación Científica y Pensamiento Crítico de Ciudad Real que se puso en marcha el año pasado y que ya cuenta con una veintena de profesionales de la ciencia y la salud comprometidos en la divulgación a través de internet, pero también de charlas, talleres o la edición de folletos informativos, como uno que han elaborado precisamente sobre las pseudociencias y los peligros que pueden entrañar las terapias alternativas que proponen.
- “Hemos empezado en una ciudad pequeña, en la que se han organizado eventos de estas pseudociencias animando a los pacientes a abandonar la quimio o la radioterapia, y estamos teniendo muy buena respuesta. Estamos consiguiendo que la gente se haga preguntas”, señala Javier Frontiñán, uno de los impulsores de esta asociación de divulgación científica e investigador en enfermedades neurodegenerativas del IRICA (Instituto regional de Investigación Científica Aplicada de la UCLM). “Pensamos que como investigadores era una obligación por nuestra parte hacer algo sobre esto”.
- Otros portales como Maldita Ciencia bajo el lema “periodismo para que no te la cuelen” u organizaciones como Información sin Fronteras trabajan por una información veraz en la red.